Las condiciones climáticas afectan más que la pintura de tu auto. Sin importar dónde vivas, siempre habrá al menos un fenómeno meteorológico que te afecte, por lo que es bueno que sepas qué precauciones tomar para proteger a tu auto de acuerdo al clima en que vives:
Cuando llueve, agentes corrosivos como el barro, la resina, las hojas y la basura acumuladas en el asfalto se levantan con el agua, lo que puede dañar la pintura y carrocería. Lo más recomendable es que evites manejar en este clima, pero sabemos que no siempre puede lograrse. Por eso, el consejo principal es que laves tu auto una vez pasado el chubasco.
Ten en cuenta que la suciedad es especialmente peligrosa cuando se pega a partes metálicas que están al descubierto, por lo que cualquier golpe o rayón fuerte deja a tu auto más vulnerable: la corrosión atacará las partes metálicas y se irá propagando poco a poco por toda la zona, disminuyendo su resistencia.
En caso de que una lluvia fuerte te sorprenda en el camino, lo mejor es detener tu auto: esto evitará que el agua entre al motor por las tomas de aire. Si hacerlo no es una opción, recomendamos manejar por calles que tengan un bajo o nulo nivel de inundación.
Si vives en una zona como Lima, donde la humedad es alta aunque no llueva, la ventilación será tu mejor amiga. Además de evitar la condensación en tus vidrios, una adecuada ventilación puede alargar la vida útil de los interiores de tu vehículo:
El salpicadero, el volante, los tapizados y limpiaparabrisas son sensibles al desgaste provocado por la acumulación de humedad, ya que ésta propicia la aparición de bacterias y hongos que favorecen el envejecimiento. Para disminuirlos al máximo, te recomendamos mantener un auto limpio y airearlo periódicamente. Si puedes, lo mejor es dejar abiertas tus ventanas en días calurosos. Sino, usar el aire acondicionado te ayudará a quitar la humedad del ambiente.
El calor puede afectar seriamente la batería de tu auto al evaporar el líquido que contiene. Además, los neumáticos, pintura, tapicería y tablero también sufren si se exponen a temperaturas demasiado elevadas.
Como sabemos que no todos pueden guardar su auto en un garage todo el día, te dejamos algunas recomendaciones que te ayudarán a minimizar el daño del sol:
Estaciónate bajo la sombra. Ten en cuenta que la misma se moverá con el pasar de las horas.
Utiliza cubiertas: una que cubra la totalidad del vehículo es ideal, pero los pasaroles también son muy útiles para proteger tus interiores.
Encera una o dos veces al año. Esto ayudará a mantener el color vibrante de tu pintura
En climas fríos los que más sufren son el motor, la batería y los neumáticos: los primeros dos pueden dejarte varado, y los terceros suponen un riesgo para la seguridad de los pasajeros.
Para proteger tu motor del frío verifica los niveles de líquido anticongelante, ya que éste procura su adecuado funcionamiento. Además, es recomendable que antes de salir prendas el motor por un par de minutos: así alcanzarás una temperatura óptima y evitarás un posible desgaste.
En lo que a batería se refiere, el frío puede hacer que se descargue más fácilmente. Si no la has cambiado últimamente, lo mejor es que te acerques con un mecánico para que la revise, y así puedas evitarte posibles inconvenientes.
Por último, es importante que te asegures de que los neumáticos estén inflados antes de cada viaje. Cuando se encuentra a bajas temperaturas, la presión del aire es más baja, lo que favorece el desgaste y disminuye su efectividad..
Si en tu zona suelen registrarse temperaturas bajo cero o nieves frecuentes, revisa si tu auto cuenta con modo invierno en la transmisión: ello contribuirá a minimizar el sobregiro en las llantas.
Proteger tu auto siempre debe ser la prioridad. Asegúrate frente a cualquier inclemencia contratando un seguro vehicular a todo riesgo.